Practica fotografica sobre la comunidad de pescadores de Costanera Norte, Buenos Aires.

La idea de este proyecto radica en la exploración de la comunidad de pescadores, buscando comprender sus dinámicas y el entorno que conforma su hábitat. El propósito es narrar con mayor precisión y autenticidad la rica historia que envuelve a esta comunidad, capturando la esencia de su vida cotidiana a través de la fotografia.

Este proyecto se ha estructurado en tres etapas, cada una dedicada a una exploración minuciosa del territorio, los objetos y la comunidad. En cada etapa, se ha buscado capturar en detalle la esencia de estos elementos. Además, se ha complementado cada serie fotográfica con un texto cuidadosamente elaborado, agregando un componente narrativo que enriquece y contextualiza la experiencia visual.
Lazos en red

En esta comunidad, podes ser un empresario con grandes riquezas o un humilde portero de edificio, pero acá, en nuestro rincón de la ciudad, todos somos iguales. 
La solidaridad y el compañerismo tejen la red que nos une, donde las amistades efímeras se entrelazan con la permanencia de los lazos que creamos. En cada sonrisa y en cada gesto de apoyo, encontramos  un refugio contra la soledad.
Como un pescador de sueños, lance mis pensamientos al agua,
esperando que un poco de inspiración se mostrara ante mis ojos.

Mis intenciones eran simples: disfrutar de la paz que el agua ofrecía, 
sumergirme en las sombras que la ausencia creaba, y buscar 
un sentido en el viento que me acompaña.

Y allí, en la quietud de ese instante, pude ver 
el infinito en el horizonte del río, 
donde el reflejo de las estrellas me invitaba a resetear mi alma.
El pescador aparece, nunca vi su cara oculta por el viento, 
es solo una silueta, una sombra que se mueve al ritmo del agua.
El encuentro, en ese momento único, mío y del agua, el sol me pide que salga.
Esperare un rato más para encontrarme.

Sin mirarte, sin juzgarte, la mirada esta perdida en el horizonte, sin querer volver.

El camino hasta el final del muelle, infinito y quieto, 
la calma pasa, algunos saludan otros siguen perdidos en la ciudad.
Este proyecto me brindó una experiencia enriquecedora al sumergirme en una comunidad abierta y completamente solidaria, donde todos son considerados pares, sin jerarquías, simplemente compartiendo el deseo de disfrutar momentos, ya sea en solitario o en compañía, sin temor al juicio. Siempre dispuestos a compartir sus historias y a ser inmortalizados a través de la lente. Aprendí a fotografiar con el propósito de capturar estas narrativas, explorando diversos ángulos y planos para resaltar la grandeza de estos espacios.

Las fotografias fueron tomadas en costanera norte y el Club de Pescadores.
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